Universidad Nacional de Entre Ríos
Universidad Nacional de Entre Ríos - Carreras - Cursos - Posgrados
Universidad Nacional de Entre Ríos
Universidad Nacional de Entre Ríos - Carreras - Cursos - Posgrados
La Universidad Nacional de Entre Ríos, fundada por Ley Nacional Nº 20.366 el 10 de mayo de 1973. Debido a que la misma fue dictada bajo el gobierno de facto del Gral. Lanusse, recién en diciembre de 1973, durante la presidencia del Dr. Héctor Cámpora, se aprobó definitivamente el funcionamiento de la UNER.
El Dr. Miguel Ángel Marsiglia fue designado Rector Normalizador y se reconoce durante su gestión el inicio del funcionamiento y puesta en marcha de la Universidad como tal se estableció la sede del Rectorado en la ciudad de Concepción del Uruguay, se designó a los decanos normalizadores, se conformó el equipo de gestión rectoral y se autorizó la contratación del personal; además de la incorporación formal de las unidades académicas provenientes de la UNL (la Facultad de Ciencias de la Educación, la Facultad de Ciencias Agropecuarias, la Escuela de Técnicos en Alimentos y la Escuela de Ciencias de la Administración).
En 1976 se incorporan a la UNER, la Escuela Universitaria de Ciencias Económicas y Facultad de Ingeniería Electromecánica dependientes ambas de la Universidad Católica Argentina y la Escuela Superior de Bromatología.
Tras esta breve etapa de organización institucional, se decide la intervención de las universidades nacionales y es designado Rector interventor el Ing. Andrés Millán.
El golpe cívico-militar de 1976 impulsó una política dirigida al desmantelamiento del pensamiento científico-crítico, contemporánea con las primeras formas del terrorismo de Estado. Durante este dramático período de la historia argentina, la UNER fue sometida a las mismas políticas que el resto del sistema se arancelaron los estudios de grado, se instauró el cupo de ingreso, se impuso como política una universidad achicada, antipopular y con bibliotecas controladas, restricciones al pensamiento crítico, a la libertad de cátedra y a la participación democrática en los órganos de gobierno. Reflejo de esto es la quema y sustracción de cientos de libros en la Facultad de Ciencias de la Educación y el cierre de la entonces Facultad de Ingeniería Electromecánica.
Además, se redujo el financiamiento, se desvinculó la política científica del ámbito universitario, no se crearon nuevas carreras y se debilitaron los campos académico y científico producto del exilio, la represión, desaparición y cesantía de docentes, estudiantes y empleados.
Con el retorno de la democracia en 1983, se inauguró en la historia universitaria argentina un período de cambio que intentó normalizar las instituciones bajo los postulados emergidos de la Reforma Universitaria de 1918; valorando, a su vez, la gratuidad universitaria impulsada por el presidente Juan Domingo Perón, mediante el Decreto Nº 29.337 en 1949.
A sólo dos días de asumir el gobierno, el presidente Dr. Raúl Alfonsín, impulsó acciones tendientes a garantizar la autonomía y el cogobierno de las universidades, a través de la regularización de la propuesta educativa mediante concursos, la democratización de la vida política interna y el restablecimiento de los distintos claustros que conforman la universidad. Fue designado como Rector Normalizador el Dr. Eduardo Barbagelata, quien se ocupó de reorganizar la UNER con vistas a lograr su pleno funcionamiento, restaurando el cogobierno de carácter tripartito.
Durante su gestión se realizaron los primeros concursos para la designación de los profesores de las distintas facultades, se organizaron los padrones de estudiantes y de graduados, y el Consejo Superior Provisorio aprobó las normas estatutarias que enmarcaron la vida universitaria en democracia. En el aspecto académico, se consideraron y dispusieron diversas modificaciones de planes de estudio y se cumplió con el compromiso de reabrir la Facultad de Ingeniería.
A su vez, siguiendo la idea de profundizar el compromiso social con el medio, se crearon tres secretarías fundamentales para la inserción de la Universidad en la comunidad Extensión Universitaria y Cultura; Ciencia y Técnica y Bienestar Estudiantil.
El 26 de abril de 1986, con la representación de todos los claustros, se reunió en el histórico Colegio Nacional de Concepción del Uruguay la primera Asamblea Universitaria, donde se eligió como Rector al Dr. Eduardo Barbagelata por el período 1986 – 1990. Durante esta etapa, el principal desafío consistió en transformar a la UNER en una institución abierta y plural, a través de una política orientada hacia la excelencia académica y la modernización de la producción científico-tecnológica.
El importante crecimiento de la matrícula generó un incremento significativo del personal docente y una expansión de las inversiones tanto en infraestructura como en equipamiento.
Este mismo año, se comenzó a participar activamente en el ámbito del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN); se concretó la firma de un convenio de colaboración con la Universidad de la República Oriental del Uruguay (UdelaR), que sirvió de marco para la creación de la Carrera Binacional de Obstetricia, primera experiencia de esas características en el país, dictada en conjunto desde 1987 por la Facultad de Ciencias de la Salud (UNER) y la Facultad de Medicina (UdelaR); y se jerarquizaron las Escuelas Universitarias existentes, transformándolas en las Facultades de Trabajo Social, de Ciencias de la Salud y de Bromatología.
En abril de 1990, la Asamblea Universitaria eligió como Rector al Cr. César Gottfried, quien se había desempeñado como Vicerrector y Decano de la Facultad de Ciencias de la Administración. El Cr. Gottfried fue reelecto por dos períodos consecutivos, extendiendo su mandato hasta 2002. En la década del 90, durante la etapa neoliberal en nuestro país, se instaló una política educativa en general y en particular de Educación Superior, condicionada fuertemente por organismos internacionales.
La Ley de Educación Superior Nº 24.521, símbolo en ese momento de las políticas antes enunciadas, obligó a la Universidad Nacional de Entre Ríos a repensarse a sí misma y a redefinir su perfil político institucional, avalado por una trayectoria de compromiso con el sistema público democrático y los principios reformistas de 1918. Esto motivó un firme posicionamiento de la Universidad, al entender que el texto de la Ley era contrario a las normas constitucionales que garantizaban la autonomía universitaria, la gratuidad de la educación en todos sus niveles y el derecho a la educación como un bien. En consecuencia, la UNER, junto con otras universidades nacionales, recurrió a la justicia para solicitar la declaración de la inconstitucionalidad de la norma; consiguiendo que la Justicia Federal hiciera lugar a una medida cautelar de no innovar.
Por otro lado, durante esta etapa, se llevaron adelante gestiones institucionales en el ámbito de la Cámara de Diputados de la Nación, las cuales derivaron en un aumento en el presupuesto de la UNER, que posibilitó desarrollos concretos en docencia, investigación, servicios e infraestructura. Como muestra de ello puede referirse la creación de los primeros cargos docentes con dedicación exclusiva; la implementación de nuevos programas de becas de formación, investigación y extensión; pasantías de docentes en el exterior; aumento de publicaciones y desarrollo de múltiples disciplinas; la compra y modernización de bienes de uso, construcciones edilicias tales como viviendas universitarias en Oro Verde.
En sintonía con lo anterior, se destaca la creación de nuevas carreras, la consolidación de las carreras de grado existentes, el afianzamiento y aumento de la propuesta de posgrado y la investigación, la formación permanente de los docentes y la reinserción de los graduados en el sistema universitario.
Continuando con el compromiso de promover la ciencia y la tecnología asumido a partir de la democratización de la Universidad, se jerarquiza la Secretaría de Ciencia y Técnica y se creó el Consejo de Investigación (CIUNER) que posee entidad estatutaria. Además, en orden al principio fundacional de la UNER, se dio jerarquía a la función Extensión, entendiéndose como una herramienta de comunicación y vinculación permanente entre el quehacer universitario y la sociedad. En este sentido, se plantearon iniciativas que buscaban ubicar a la función en un plano de igualdad con la docencia y la investigación. Esta política se reflejó, por ejemplo, en la creación del Sistema de Proyectos de Extensión.
También se creó la Editorial de la Universidad (EDUNER), en el entendimiento de que la producción editorial permite la divulgación de los trabajos producidos en la Universidad y fuera de ella.
En 1991, la UNER se constituye como fundadora e integrante de la Asociación de Universidades “Grupo Montevideo” (AUGM), junto con universidades públicas de nuestro país, Brasil, Paraguay y Uruguay. Se conformó así un espacio académico común ampliado donde se complementaron aspectos científicos, culturales, tecnológicos, de cooperación y movilidad, construyendo un proceso de integración con identidad regional.
En el año 2002 es elegido Rector de la UNER el Cr. Eduardo Asueta, quien fue reelecto para un segundo período, finalizado en 2010. El inicio de su gestión se da en el marco de una profunda crisis nacional con altos niveles de conflictividad social, producto de las políticas neoliberales impulsadas durante la década del 90, que afectó el normal desempeño del quehacer universitario y sus márgenes de acción.
La UNER continuó discutiendo su posicionamiento en relación al contenido de la Ley de Educación Superior y el Consejo Superior ratificó el pedido de su derogación. No obstante, algunas unidades académicas comenzaron a participar en procesos de acreditación de propuestas de grado y de posgrado ante la CONEAU. En el plano académico se consideró necesario promover la diversificación de las propuestas formativas, que al mismo tiempo aportaran nuevas alternativas para nuestros jóvenes y propendieran al crecimiento de las unidades académicas, especialmente de aquellas que tenían una sola carrera de grado. Así se crearon nuevas propuestas académicas (cortas con modalidad presencial y a distancia, de grado y de posgrado) no tradicionales y de gran impacto para el desarrollo de la región.
Se impulsó la capacitación continua de los docentes, a través del Sistema de Becas para el Apoyo del cursado de Cuarto Nivel, como así también de la implementación de programas para su formación, perfeccionamiento y actualización. Para la formación y capacitación del Personal Administrativo y de Servicios (PAyS) se instrumentó, vía un acuerdo gremial, diferentes cohortes de la Tecnicatura en Gestión Universitaria, y gracias al compromiso del personal en 2023 se dió inicio a la Licenciatura.
A fin de ampliar y mejorar el sistema de Ciencia y Técnica de la UNER -cuyo único reconocimiento y alternativa para iniciarse en la investigación, hasta ese momento, lo constituía el Sistema de Proyectos de Investigación- se generó un nuevo programa dirigido especialmente a los investigadores nóveles.
Pese a la profunda crisis social y económica que vivía la sociedad argentina y a las fuertes limitaciones presupuestarias impuestas a las universidades, se mejoraron las condiciones para favorecer el acceso y permanencia de los estudiantes en la Universidad. Acciones concretas fueron la creación de nuevos comedores universitarios en las sedes de Oro Verde, Paraná y Concordia. Con la intención de mejorar la difusión y la comunicación de las actividades universitarias, en el marco de la Secretaría de Extensión se organizó el área de Comunicación Institucional. Asimismo, la Editorial tuvo un fuerte impulso aumentando sus ediciones.
Con el ánimo de profundizar la democratización de la Universidad, se propició la modificación del Estatuto. La iniciativa legitimó el derecho a participar en los órganos de gobierno de sectores que, a pesar de ser parte activa en la vida institucional, se encontraban excluidos de esa reivindicación. Se reconoció la ciudadanía a los docentes auxiliares y se estableció la participación plena, con voz y voto, del Personal Administrativo y de Servicios.
Cabe destacar que en el año 2009, el Consejo Superior aprobó la participación en el proceso de evaluación institucional establecido por la CONEAU, que comenzó años después. Al año siguiente, la Asamblea Universitaria eligió Rector de la Universidad al Ing. Qco. Jorge Gerard, para el período 2010-2014, siendo reelecto hasta el 2018. Se corresponden con estos tiempos, la implementación de políticas nacionales que reconocen a las universidades públicas como importantes referentes en temas prioritarios de políticas públicas, y en la preparación de los recursos humanos para una sociedad en transformación permanente. Este nuevo contexto nacional permitió el crecimiento y desarrollo de la UNER en múltiples áreas. Una muestra destacada de este trabajo lo constituyó la puesta en marcha del denominado “Plan de Desarrollo de la Oferta Académica” en el año 2012, que consistió en la implementación de nuevas propuestas de pregrado o grado en cada una de las nueve unidades académicas. Debido a las características fundacionales de la Universidad, en la que coexistieron desde sus orígenes facultades con trayectorias diversas y crecimiento heterogéneo, se hizo necesario implementar políticas de integración institucional, tras un objetivo común de crecimiento y desarrollo. Se generaron planes y programas transversales a todas las unidades académicas, normativas comunes para diversas áreas e incluso un nuevo logo como imagen institucional.
Se puso especial énfasis en el desarrollo de un ambicioso plan comunicacional a partir de la renovación de la página web institucional, la creación de portales con actualización permanente de contenidos, la puesta en funcionamiento del Sistema Integrado de Radios de la Universidad (SIRUNER) -formado por radios FM en Paraná, Concordia y Concepción del Uruguay-, una producción gráfica y el canal de televisión (Canal 20).
En el marco de dichas políticas, el Consejo Superior de la Universidad aprobó el primer reglamento académico general de la Universidad. Este hecho significó que, luego de más de treinta años de vida institucional, existiera un piso normativo común para los estudiantes que transitan su vida académica dentro de las distintas facultades.
Asimismo, se promovió la regularización de los cargos docentes con un ambicioso plan de concursos y convocatorias a reválidas, a la vez que se generó un plan para atender la situación de cátedras unipersonales con docentes cercanos a la edad jubilatoria. A su vez, se logró eliminar los cargos ad-honorem y rentar los cargos de Auxiliares.
En concordancia con los lineamientos propuestos, se implementó el Curso de Ambientación a la Vida Universitaria, cuyos contenidos fueron acordados por el trabajo colaborativo de docentes de las distintas facultades, lo que permitió definir una política común para recibir a los estudiantes ingresantes.
Se desarrolló una fuerte política de infraestructura, reactivándose obras inconclusas y concretándose, mediante nuevas construcciones, obras pendientes en las distintas unidades académicas, tanto para las actividades académicas como para el bienestar universitario. La suscripción de un Convenio Específico con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), posibilitó la realización conjunta de un programa de radicación de investigadores para la integración del Centro de Investigaciones y Transferencia de Entre Ríos (CITER), como unidad de responsabilidad compartida o doble dependencia entre ambos organismos. Como resultado de este acuerdo se concretó la llegada de investigadores altamente calificados en diversas áreas de conocimiento a distintas unidades académicas de la Universidad y el otorgamiento de becas doctorales para desarrollar tareas en el CITER.
Otra iniciativa tendiente a impulsar la interacción de la Universidad con otros sectores de la sociedad a partir de su desarrollo académico, científico y tecnológico, lo constituyó la creación del Programa 20 x 100. El mismo contemplaba la posibilidad de brindar a la provincia de Entre Ríos asesoramiento técnico y actividades de extensión universitaria y educación, a través de la utilización de aulas virtuales.
En 2015, mediante la firma de un convenio con el Ministerio de Educación de la Nación, se creó la primera Escuela Secundaria Técnica de la UNER, dependiente de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, que tiene el objetivo de ofrecer una formación inclusiva y de calidad a jóvenes de znas con altos niveles de vulnerabilidad, promoviendo el desarrollo de vocaciones tempranas y la continuidad de la formación en estudios superiores.
La actualización de la normativa vigente, especialmente aquella relacionada a becas, proyectos de investigación y de extensión universitaria, junto con la modernización de los procesos administrativos, aportaron mayor agilidad y transparencia a la gestión de actividades planificadas, formuladas yo ejecutadas en el ámbito de la Universidad. La Editorial amplió la edición de obras, tales como publicaciones institucionales, trabajos docentes, de investigadores y autores de reconocida trayectoria, con el objetivo de acercar el material a la comunidad. Estas acciones permitieron conformar un variado catálogo de ediciones científicas y literarias y realizar una sostenida labor en cuanto a programas de promoción del libro y de la lectura.
En 2018 la Asamblea Universitaria eligió como Rector al Contador Andrés Sabella, quien se había desempeñado como Decano de la Facultad de Ciencias Económicas durante dos períodos. Dentro de los lineamientos programáticos de gestión, se generó un sólido consenso en torno a que el papel de la Universidad pública en una sociedad es determinante para promover y concretar escenarios de desarrollo pleno, integral y sustentable.
Desde el inicio de la gestión se lleva adelante el Plan Institucional Participativo (PIP), un proceso dinámico de planeamiento estratégico iniciado en 2018 que permite reflexionar sobre el pasado, el presente y encaminar una propuesta de mejora hacia el futuro. Se trata de una herramienta política de gobierno y de gestión, que contribuye a la toma de decisiones de la Universidad en torno al quehacer actual y al camino por recorrer, adecuándose a los cambios y demandas del contexto.
A pesar del contexto adverso, tanto en lo económico como en lo sanitario, por la pandemia de COVID-19, se avanzó yo culminó obras de infraestructura necesarias para el buen funcionamiento y el desarrollo de las actividades de las unidades académicas y otras dependencias. Tal es el caso de la obra en Villaguay para la carrera de Kinesiología, las nuevas aulas para Mecatrónica en la Facultad de Ciencias de la Alimentación, el nuevo edificio de la Facultad de Bromatología, la inauguración del edificio propio de la escuela secundaria en Concordia, la unión de dos edificios de la Facultad de Ciencias de la Educación y más aulas para la Facultad de Trabajo Social, entre otras obras.
Para habitar esos espacios, es importante destacar que la UNER firmó un convenio con el Ministerio de Salud para certificar como Universidad Saludable. Esto implica un cambio de cultura institucional e individual que propone la correcta separación de residuos, la educación respecto a los hábitos saludables de alimentación y actividad física, la capacitación de su comunidad universitaria a través de cursos, talleres y charlas, las prácticas deportivas, el uso de los gimnasios que posee la institución, entre otras acciones.
En lo que respecta a la vida académica, en el marco de la pandemia la UNER debió adaptar la cursada a la virtualidad, trabajando de manera mancomunada docentes y personal técnico. Asimismo, se diseñaron protocolos para cátedras o evaluaciones donde la presencialidad no puede ser reemplazada. En este período, se generaron las normativas necesarias para garantizar el derecho al egreso, por lo que hubo decenas de graduados de pregrado, grado y posgrado en todas nuestras Facultades. Además, se brindaron becas de conectividad para aquellos que no podían continuar estudiando por este motivo; tutorías pares, que son estudiantes avanzados que brindan un acompañamiento a los ingresantes; intercambios virtuales con otras universidades, etc.
Finalmente, en lo que respecta a la vinculación, la UNER forma parte del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), y tiene representantes en la mayoría de sus redes Red Nacional Audiovisual Universitaria (Renau); Asociación de Radiodifusoras Universitarias Nacionales (Aruna); Red Interuniversitaria de Áreas de Prensa y Comunicación Institucional (RedIAP); Red de Editoriales Universitarias Nacionales (REUN); Red Universitaria de Género (RUGE); Red de Cooperación Internacional de las Universidades Nacionales (RedCIUN), Red de Extensión Universitaria (REXUNI); Red Interuniversitaria de Derechos Humanos (RIDDHH); Red Universitaria de Educación a Distancia de Argentina (RUEDA); entre otras.
También integramos el Consejo de Planificación Regional de la Educación Superior (CPRES-Centro). Los CPRES promueven la articulación de las instituciones universitarias, el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y el Instituto Nacional de Formación Docente (INFD) con los representantes de los estados provinciales, las instituciones sociales intermedias y los sectores productivos de la región, entre otras actividades.
Además de integrar estos espacios de gran importancia, la UNER se vincula con organismos de los estados nacional, provincial y municipales, y de la sociedad civil, con quienes articula desde lo académico, la investigación y la extensión.
Para establecer una perspectiva propia, coherente y sistemática, la Universidad Nacional de Entre Ríos cuenta con un sistema de Comunicación y Medios que nuclea la comunicación institucional (portal y redes), tres radios, un canal de televisión, además de diferentes publicaciones impresas y digitales. Además se trabaja en difusión institucional y de carreras de nuestra Universidad.
El proceso de reforma del Estatuto de nuestra Universidad se comenzó en 2019 por iniciativa del rector Andrés Sabella y continuó con la participación de la comunidad académica, confluyó en un nuevo documento que sienta las bases para el funcionamiento y la identidad institucional de nuestra Universidad. El Estatuto fue aprobado por la Asamblea Universitaria el 1 de abril de 2023.
En el año 2024 la Secretaría de Ciencia y Técnica adquirió una nueva denominación institucional a Secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación, mediante Res. Rectoral Nº 6672024 donde su misión y funciones se enmarcan, asimismo, en lo establecido en el Estatuto de UNER (Resolución “A.U .” 412023).
Desde entonces son más de cinco décadas de un contexto histórico diverso, en el que primó el compromiso y la firme decisión de consolidar a la Universidad como formadora de profesionales críticos, con una mirada atenta a las demandas emergentes de la sociedad, a partir de desarrollos concretos en docencia, investigación, extensión, servicios e infraestructura.
Más de cinco décadas de trabajo en pos de hacer realidad aquello que parecía una quimera inalcanzable el derecho a la educación superior pública, gratuita y de calidad, velando por los principios de la democracia para construir una sociedad más justa e inclusiva.
Más de cinco décadas habiendo recorrido un camino no desprovisto de dificultades, en que la Universidad Nacional de Entre Ríos continúa trabajando por el derecho a la educación superior como un bien público social y un derecho humano universal, siguiendo los principios de pertinencia, equidad, responsabilidad social, participación social, interculturalidad e identidad suramericana, promoviendo el ejercicio de la autonomía universitaria como un derecho y una profunda responsabilidad de nuestras instituciones en la búsqueda permanente por ampliar la producción, promoción y acceso al conocimiento para la mejora de las condiciones de vida de nuestra población. Todos ellos, principios expresados en la Declaración de los Estados Miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
El desafío continúa siendo dar respuesta a los sectores públicos y también privados de la región, el país y el mundo, repensando constantemente sus objetivos y políticas, en torno a los cambios sociales, educativos y tecnológicos que se suceden.
Que este crecimiento no se detenga, sigamos construyendo la Universidad que queremos, transformando el presente y el futuro, con más educación universitaria pública, con más conocimiento, con más ciencia y con más arte, comprometidos con las necesidades de la región y del país.
El desafío continúa siendo dar respuesta a los sectores públicos y también privados de la región, el país y el mundo, repensando constantemente sus objetivos y políticas, en torno a los cambios sociales, educativos y tecnológicos que se suceden.
Que este crecimiento no se detenga, sigamos construyendo la Universidad que queremos, transformando el presente y el futuro, con más educación universitaria pública, con más conocimiento, con más ciencia y con más arte, comprometidos con las necesidades de la región y del país.